Agosto 26.2025
Se vino colonoscopia
Entré en otro “mood”; tengo que prepararme para la colonoscopia mañana y hoy no puedo comer nada sólido, solo algunos líquidos, lo cual significa que es hora de preparar el cerebro para no pensar en hambre ni comida. Manos a la obra.
Me levanté temprano, me quedé viendo las noticias, para dejar pasar al menos unas dos horas; luego fui por una taza de te, me puse a leer y ver el paisaje desde mi sala que, es una combinación de techos, casas, montañas y árboles. Fui al supermercado solamente a comprar lo que podía consumir este día, no quise pensar en comida ni antojos, tenía super claro mi objetivo: helados de agua, pipas y suero.
Pasaron las horas y cuando llegó la noche, fue cuando el hambre y el dolor de cabeza empezaron. Pero no tuve mucho tiempo para prestarles atención, porque a las 8pm empecé con los laxantes que, poco a poco empezaron a hacer su efecto. Programé alarmas para cada hora y traté de relajarme y descansar lo mejor que pude.
La noche fue un caos, entre la diarrea y las levantadas cada hora para tomarme un vaso con agua y a las 2am otro laxante, y mas vasos de agua en las siguientes horas. No voy a entrar en mucho detalle sobre mis deposiciones, pero lo cierto es que no la pasé nada bien y dormí unos cuantos minutos durante toda la noche. De nuevo, al igual que como empezó el día, mi mood era, vivir ese momento tal cual, para no pensar mas allá de lo que fuese necesario. 6am estaba despierta, lista para bañarme y estar en el hospital a las 8am.
Desde que me dijeron que iban a hacerme este examen, me preocupé; mi mente pensaba si era porque el doctor había visto algo y no quiso decir, o si iba a pasar, lo mismo que ese 21 de julio, donde por esas cosas de la vida, me hacen un examen y me doy cuenta de mi enfermedad. Así que, al despertar de la anestesia, lo primero que pregunté fue
- ¿Cómo salió todo?
- Muy bien, no hay nada malo ahí.
En ese momento, volví a caer dormida, hasta que otra enfermera me despertó. Al cabo de un rato, pude hablar con el doctor, que nos confirmó a mi mamá y a mi, que el examen salió muy bien y que solo faltaba esperar el resultado del TAC, para definir fecha de operación. Sentí una alegría enorme, por la dos noticias. Saber que en mi colon no había nada malo fue increíble y escuchar que ya faltaba menos, y que hasta talvez no haya que esperar tanto para operar, fue musica para mis oídos.
Salimos del hospital rumbo a mi casa, no sin antes tener que hacer una parada forzosa en el parqueo frente al hospital. Si… en un parqueo.
- Mami, necesito ir al baño!
- vea si hay papel
- No hay
Mi mamá salió corriendo a pedir en la ventanilla del parqueo. Aja… no solo procedí a usar el baño de un parqueo para eso menesteres, sino que la persona que atiende en dicho lugar, se dio por enterada. Fue mágico.
El día transcurrió entre tratar de comer algo, sin ir a botarlo de una vez, (cosa en lo que fracasé rotundamente!) descansar y hablar de la vida.

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